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Creyentes y Enemigos

Hay una historia del trabajo de Pablo y Bernabé que nos enseña lo qué produce el Evangelio: Cuando proclamamos el Evangelio, habrán nuevos creyente y también enemigos.

Hechos‬ ‭14:1-3 1 Cuando Pablo y Bernabé entraron juntos en la sinagoga de los Judíos en Iconio, hablaron de tal manera que creyó una gran multitud, tanto de Judíos como de Griegos. 2 Pero los Judíos que no creyeron, excitaron y llenaron de odio los ánimos de los Gentiles contra los hermanos. 3 Con todo, se detuvieron allí mucho tiempo hablando valientemente, confiados en el Señor que confirmaba la palabra de Su gracia, concediendo que se hicieran señales y prodigios por medio de sus manos.

Proclamamos el Evangelio

Lo primero que vemos en esta historia es que Pablo y Bernabé proclamaban el Evangelio. Fue lo primero que hicieron al llegar a una nueva cuidad. Hablaron de Jesús. Compartieron el Evangelio con todos, tantos Judíos como Gentiles.

Nosotros debemos imitar a ellos porque proclamar el Evangelio es la tarea principal del líder en la iglesia, y de todo seguidor de Jesús.

Proclamar el Evangelio es proclamar el mensaje de que: Somos creados en la imagen de Dios para darle gloria; todos nos hemos rebelado contra Dios por querer tomar su lugar; por lo tanto merecemos la ira de Dios; pero Dios envió a su Hijo Jesús a vivir una vida perfecta, morir inocentemente y resucitar de la muerte; y en Él hallamos perdón y amor, paz con Dios y adopción en la familia divina.

Ahora, en esta historia vemos lo que el proclamar el Evangelio produce.

Habrán enemigos

Cuando proclamamos el Evangelio, habrán enemigos. Son enemigos de Dios y del Evangelio, pero se oponen a nosotros, entonces se sienten como enemigos nuestros.

El Evangelio produce enemigos porque el mensaje del Evangelio ofende. Nos dice que somos enemigos de Dios, hijos de su ira, bajo el control del diablo. Nos dice que tenemos que dejar nuestro soberanía y someternos al Rey Jesús. Todo esto es una afrenta a nuestro orgullo.

Entonces, al escuchar el Evangelio, algunos agarrarán enemistad contra nosotros, contra el ministerio y contra el mensaje. Nos atacarán y rechazarán. Es un efecto inevitable de proclamar el Evangelio.

La tentación es enfocarnos en ellos. Es atacarlos, desanimarnos. Escuchar a esta tentación nos lleva a dejar la obra y dejar de ministrar; desvia el enfoque por sólo querer quedar bien con ellos y tratar de complacerles, o por querer derrotarlos.

Pero, enemigos no es lo único que el Evangelio produce.

Habrán nuevos creyentes

En esta historia, vemos otro efecto de proclamar el Evangelio. Cuando proclamamos el Evangelio, también habrán nuevos creyentes: Personas que Dios está salvando, personas que podemos guiar y discipular, personas que se entreguen a Jesús.

Dios salva a través de la proclamación del Evangelio. Es el poder de Dios para salvación. El Evangelio produce nuevos creyentes.

Entonces, cuando proclamamos el Evangelio y salen los enemigos, debemos enfocarnos en los nuevos creyente e ignorar a los enemigos. Así podemos seguir trabajando con los que Dios está llamando y salvando, a pesar de los ataques de los enemigos.

Nos tocará perseverar

Proclamar el Evangelio requiere mucha perseverancia. Fíjate en lo que hicieron Pablo y Bernabé. A pesar de los enemigos, ellos continuaron por mucho tiempo allí. Esto es perseverancia. Los ataques no nos deben hacer dejar la obra. Más bien, cuando hay ataques, es evidencia de que el enemigo está oponiéndose a la obra de Dios. Y por confiar en Dios y por ver la obra de Dios, ellos pudieron perseverar.

Nosotros igual podemos perseverar con ánimo, podemos hablar y discipular, ministrar y servir, guiar y levantar la obra de Jesús a pesar de los ataques y los enemigos, siempre y cuando confiamos más en Dios que en los enemigos y cuando nos fijamos más en su obra que en los ataques de los que resisten.

Debemos imitar el ejemplo del apóstol Pablo, y trabajar con perseverancia a pesar de los enemigos.

‭‭1 Corintios‬ ‭16:8-9 Pero me quedaré en Efeso hasta Pentecostés, porque se me ha abierto una puerta grande para el servicio eficaz, aunque también hay muchos adversarios.

¡Seamos líderes que proclaman el Evangelio, que ignoran a sus enemigos y que se dedican a discipular a los que están creyendo el Evangelio!

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2 comments… add one

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  • fredy January 18, 2016, 6:53 pm

    excelente articulo hermanos

    Reply
    • Felipe Canarsky January 19, 2016, 9:30 pm

      ¡Muchas gracias Fredy!

      Reply