Somos muy egocéntricos. Vemos la vida a través de la perspectiva de cómo nos sentimos, de lo que queremos y de cómo nos afectará todo. Esta forma de ver la vida nos hace hacer preguntas tales como: ¿Por qué no puedo conseguir lo que quiero? y ¿Cómo puedo estar más feliz?
Por ser tan egocéntricos, perdemos la realidad más grande de todo: Dios es el centro del universo, no nosotros. Darnos cuenta de esta realidad nos lleva a hacer mejores preguntas, preguntas que empiezan con Dios en vez de nosotros, preguntas tales como: ¿Cuál es la voluntad de Dios? y ¿Cómo puedo agradarle a Él?
En esta serie, vemos las mejores preguntas que podríamos hacer; preguntas que nos llevarán a vivir para la gloria eterna de Dios.